Tonos que se escapan del arcoiris para colorear vestidos frescos en los que la silueta femenina se dibuja sin caer el exceso; texturas en gmas lisas con el blanco como protagonista; cinturas marcadas; tejidos y cortes bien estructurados que nos enseñan las lineas depuradas que tanto le gustan a la diseñadora; bolsos de mano y sandalias con tacones infinitos marcan la línea de día que Carolina Herrera nos presenta para el próximo verano de 2010.Para la noche, la colección se sofistica aún más y vuelve a sucumbir al poder del negro y los tonos metálicos. Es el momento en el que los hombros y las piernas salen al aire y compiten en protagonismo con la cintura, de nuevo marcada como seña de identidad de una mujer que no tiene miedo de lucir curvas, pero que hace de la insinuación su mejor arma.
